
¿Por qué 16 de abril? Ese día de 2014, el CIN y las federaciones docentes firmaron el primer Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) para la docencia universitaria de toda América Latina. Fue una lucha de más de 20 años que transformó la vida laboral de las y los docentes universitarios porque estableció un piso de derechos que mejoró -sin dudas- las condiciones de trabajo y fortaleció a los sindicatos. De ese hito político tomamos nuestro nombre.
Somos un espacio político convencido de que las organizaciones sindicales son una herramienta fundamental para las y los trabajadores, pero también para el conjunto del pueblo argentino. Creemos en sindicatos que puedan mejorar las condiciones de vida de sus trabajadores y que, al mismo tiempo, sean actores políticos. Nos reconocemos como parte del campo nacional y popular de una manera amplia y plural. Creemos en las fuerzas democráticas de las mayorías y en la participación activa como el mejor modo de fortalecer las luchas colectivas. Por eso a lo largo de estos años hemos realizado asambleas periódicas y consultas para tomar decisiones.
Somos el espacio que conduce el sindicato hace muchos años, lo que nos ha permitido acumular experiencias y conocimientos que ponemos al servicio de cada uno de los afiliados. Tenemos compañeros y compañeras con mucha experiencia sindical y otros más nuevos, que vienen a aportar su experiencia militante en otros ámbitos a este espacio, o bien que están dando sus primeros pasos militantes en el sindicalismo.
Somos el espacio que desde la conducción del sindicato logró la desprecarización laboral de la mitad de la planta docente de la universidad, así como el reencasillamiento en la grilla salarial del CCT (y sin que nadie perdiera salario, ya que a quienes les conviene quedarse en la grilla salarial de la UNGS aún permanecen en ella).
Creemos en una universidad popular y feminista, pero sabemos que es un horizonte a construir, y aunque hemos dado pasos firmes en ese sentido, falta mucho por hacer. El destino de nuestra universidad está y debe estar atado al de nuestro pueblo, por eso la autonomía universitaria puede ser un refugio, pero jamás una barrera liberal que sirva para que nos encerremos corporativamente sobre nosotros mismos. Tenemos que seguir pensando y haciendo para que la universidad pública sea del pueblo y para el pueblo.
Somos militantes de este territorio conurbano que padece intensamente las políticas de ajuste, y la situación de ahogamiento que atraviesa la Provincia de Buenos Aires no nos resulta ajena, más bien todo lo contrario. Por eso articulamos hace años con distintas organizaciones sociales y gremiales, especialmente (pero no exclusivamente) en el marco de la CTA regional de la que formamos parte.
Las universidades públicas del conurbano hicieron realidad el derecho a la educación superior para muchísimas personas, y forjamos nuestra identidad sindical en la defensa irrestricta de ese derecho.
Desde este espacio político sindical aspiramos a construir y fortalecer nuestro sindicato con participación, organización, identidad y sentido de pertenencia. Desde allí luchamos por mejores salarios, mejores condiciones laborales, y también damos la discusión política sobre qué universidad y qué país queremos.